La adicción a los videojuegos es una adicción tecnológica incluida ya en la lista internacional de enfermedades. Es un trastorno mental que pueden padecer muchos jóvenes. 

Cómo detectar la adicción a los videojuegos

La ciberadicción es una realidad que cada vez sufren más jóvenes. Los menores tienen a su disposición diferentes tecnologías para usar videojuegos. Los que más se usan son los videojuegos online gratuitos. 

 

¿Cómo se produce?

Jugar en sí no es malo. Los juegos son divertidos. Sólo el uso de pantallas proporciona satisfacción rápida y permanente. Jugar más tecnología ya es un cóctel explosivo para la mente. 

Los videojuegos segregan dopamina, la misma que libera el consumo de drogas. Al cerebro le gusta mucho emocionarse, ver, recompensarse y aprender, funciones de los videojuegos. Los juegos con recompensa producen sustancias químicas que transmiten fuertemente la sensación de placer. El cerebro lo aprende y va a buscar realizar esta conducta. 

Si se lo ponemos fácil, si jugamos demasiado, podemos desarrollar una adicción a los videojuegos. 

 

¿Cuánto es jugar demasiado? 

La clave está en el tiempo que se le dedica y el control. Es primordial.  

  1. Cuando uno se divierte, el tiempo pasa volando. Hay que tener mucho cuidado con el tiempo que se le dedica. Lo normal es jugar 30 ó 40 minutos diarios. Más de eso, sería un abuso. Es el exceso el que debilita neutro cerebro, el abuso. 
  2. Hoy día se usa el término adicto muy rápido, cuando se quiere hacer referencia al abuso. Para que haya dependencia no basta con estar un tiempo jugando de más, enganchado y poder dejarlo. La adicción se basa en la pérdida del control

 

 

¿Cómo detectar si tienen los síntomas de adicción a los videojuegos?

  1. Juegan cada vez más horas. No hay límites. 
    • Para ello mienten y buscan quedarse en casa jugando. Faltan a la escuela y se quedan en casa escondidos si no hay nadie.  
    • Ocultan que pasan la noche jugando. Puedes darte cuenta si están muy cansados, con ojeras y falta de vitalidad. 
    • Se relacionan con quien eche maratones como ellos los fines de semana. Pasan tiempo en casa de una amigo sin soltar la play o el ordenador. 
    • Viven en su habitación. Les cuesta salir de ella. 
    • Su lenguaje, su vocabulario se reduce al usado en el mundo virtual.
  2. Dificultad en dejar de jugar una vez que empiezan.  
    • Dependiendo de la edad, se olvidan de ir al baño y se lo hacen encima. Se les hace imposible levantarse de la silla.  
    • Se olvidan de comer o comen comida rápida para no perder tiempo.  
    • Roban horas de sueño. No descansan lo suficiente. 
  3. Deseos recurrentes de jugar. No pueden pensar en otra cosa. Ven las luces y efectos en su cabeza aunque no estén jugando. Tendrán dolores de cabeza. 
  4. Aparece un malestar cuando no se puede jugar, o se les interrumpe el juego. También cuando llevan tiempo sin hacerlo. Se vuelven irritables, ansiosos, impulsivos, con rabietas, agresivos ,etc. 
  5. Ya no les divierte. La obsesión y la excesiva dedicación no se soporta. Puedes notar que no están contentos cuando juegan. 
  6. Interfiere en su trabajo o los estudios. Deben mentir para salir del paso. Puede que no cumplan con su plazos, con los requisitos y es que no pueden parar de jugar. No tienen tiempo para estudiar y les afecta en las notas. Bajar las calificaciones es una alarma. Afecta en el rendimiento laboral y doméstico.
  7. Saben que deben jugar menos, pero no cómo hacerlo. Han perdido el control.
  8. Tienen gastos extra. Gastan más dinero porque algunos juegos requieren un gasto para poder avanzar en pantallas por la compra de herramientas. Esto les permitirán mejorar y “cruzar puertas”. 
  9. Tienen dolores de cuerpo, cervicales, contracturas, mareos, puede que problemas de visión y otros.  El abuso tiene muchos riesgos asociados. 

Los juegos son adictivos porque:

  • Son divertidos, dan placer y motivan mucho. 
  • Son atractivos e interactivos. Al cerebro le gustan los juegos con reto. 
  • Tienes la sensación de que mejoras. Cuanto más tiempo se le dedica, más habilidad desarrollas. 
  • Dan sensación de dominio y control.  
  • Te absorben totalmente abstrayéndote de la realidad. 

 

Como conclusión, el mayor riesgo es pasar demasiado tiempo jugando. Sin embargo, los juegos vienen preparados para que haya que dedicarles mucho tiempo. Son juegos en los que no se puede avanzar ni mejorar si no le dedicas varias horas al día. 

Si son juegos de rol con multijugador, te permite quedarte en esa realidad virtual y relacionarte allí con personas también reales. Como World of Warcraft, por ejemplo. Hay gente que puede estar unas 10 horas diarias jugando.

Los adolescentes son muy vulnerables. Los chicos empiezan a divertirse jugando con las pantallas desde pequeños, la dependencia se ha detectado desde los 7 años. Sin embargo, ya utilizan antes tabletas y móviles que les estropean el sueño. 

Pide ayuda para superarlo. Se necesita un tratamiento especializado.