Automedicarse es tomar medicinas sin ningún control y es peligroso. Es un problema de salud pública a día de hoy.

Vivimos en la sociedad del consumismo y la inmediatez. Si no dormimos bien, queremos algo que nos haga dormir bien ya. Si nos duele algo, vamos al botiquín de casa y seguro que tenemos algo fuerte y rápido. Además, en la tele anuncian medicamentos constantemente.

Preferimos tomar cualquier cosa que aguantar un poco e ir al médico. Nos autodiagnosticamos sin saber qué es lo que nos pasa y qué debemos tomar. Además no nos damos la oportunidad de que el médico pueda examinarnos por si necesitamos pruebas mas exhaustivas.

 

¿Por qué nos automedicamos?

Ponemos la excusa de que no es nada para ir al médico. ¿Cómo me va a mirar el médico si aparezco por un simple dolor de cabeza? Pero es que la cabeza no tiene porqué dolernos.

También tenemos la salida de que no tenemos tiempo, excusa perfecta en nuestra sociedad. Siempre nos funciona. Sobre todo para justificar que no nos cuidamos lo suficiente. Bien, puede que si no tenemos tiempo para cuidarnos, lo tengamos que encontrar para estar enfermos. Conseguir y utilizar medicamentos sin consultar al médico tiene repercusiones negativas.

Se abusa de las pastillas para dormir, de los relajantes y analgésicos en general. Parece que nos funciona, sobre todo si son dolores , de cualquier tipo, pero los más frecuentes: de cabeza, dolores musculares, de espalda y de garganta. También cuando tenemos tos o problemas gastrointestinales como la acidez, el estreñimiento o la diarrea. Y no sólo esto sino también fiebre. Hay personas que se toman lo que pillan para la resaca o mujeres que toman cualquier cosas cuando tienen la menstruación. Mejor tomar algo corriendo. En la mayoría de los casos además cogemos las pastillas más potentes, no vaya a ser que no me funcionen.

Así funcionamos y funcionamos mal. Hacemos un uso inadecuado de los medicamento. Y esto tiene riesgos y trae consecuencias graves:

  • El uso inadecuado eleva la frecuencia de los dolores. Si son dolores persistentes, reaparecen con más fuerza cuando el efecto del medicamento pasa.
  • Puede causar serios problemas en el sistema digestivo
  • Provoca intoxicaciones. Si no nos quita el dolor, al par de horas, doblamos la dosis y esto provoca intoxicaciones. La codeína por ejemplo, componente para combatir la tos y los síntomas de la gripe, en dosis elevadas puede provocar alucinaciones, temblores y mareos.
  • Puede crearnos dependencia y adicción porque muchos son psicoactivos. Los fármacos psicoactivos son aquellos que actúan a nivel del sistema nervioso central. La lista de estos medicamentos se englobaría en tres grupos:

Depresores del sistema nervioso central. Sedantes o tranquilizantes del grupo de las benzodiacepinas. Los más utilizados para el tratamiento de problemas que tienen como eje la ansiedad. Por ejemplo, crisis de pánico, angustia, colon irritable, cefaleas., dolores musculares por contracturas, insomnio, etc.

Estimulantes como los que llevan los fabricados para descongestión nasal. También los que se utilizan para el trastorno de hiperactividad.

Opioides. Los medicamentos que alivian el dolor son derivados del opio. Los analgésicos, por ejemplo, como la codeína que por el efecto sedante y su uso continuado puede generar dependencia.

 

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Dos factores que facilitan su abuso:

  • Algunos son de fácil acceso, aunque su abuso cause dependencia. No todos estos medicamentos se dispensan con receta y esto hace que creamos que no son peligrosos. Por ejemplo. El tamadol, analgésico opiáceo, o la codeína que va en muchos jarabes para la tos. Infórmate bien.
  • Los solemos tener en casa porque han sido prescritos para algún familiar y están a disposición de los demás miembros de la familia. Un día, ante cualquier dolor, tomamos un medicamento que tuvimos recetado en otro tiempo. Es mejor deshacerse de ellos antes.

 

Deberíamos tener en cuenta que :

  • Tomar medicamentos cuando uno lo decide no es tratarse. Así no curan nada. No atacamos el origen del malestar sino sus consecuencias. El dolor es una alerta de que algo no va bien. Si no tratamos las causas, aparecerá y puede que empeore o con el tiempo tengamos algo grave Lo que hacemos es enmascarar lo que hay debajo.
  • Aunque estén prescritos correctamente, más de la mitad de los pacientes no los toma correctamente. O los mezclan con alcohol o no se tienen en cuenta las interacciones o no se respetan los tiempos ni la dosis.
  • Provoca alergias. El uso no necesario de fármacos o el abuso produce alergias. Estamos alterando nuestro sistema inmunológico.
  • Cuando necesites verdaderamente los medicamentos, no te van a servir. Los especialistas afirman que ya tenemos un problema con los antibióticos. El abuso de antibióticos facilita el desarrollo de bacterias resientes.

 

Hay grupos especialmente sensibles como son los pacientes con enfermedades mentales, los adictos y los ancianos.

No sabemos tanto como creemos. Incluso un dolor de cabeza este mes puede ser distinto al último que tuve y no tener la misma causa. Pocos ciudadanos demuestran tener conocimientos sobre medicinas. Debemos ser más responsables. Consulta al médico.