El alcoholismo es un enfermedad que provoca un trastorno por consumo. Esto es, el cerebro y las funciones cognitivas están afectadas. La capacidad de diálogo, la memoria, la atención, la toma de decisiones, el razonamiento están dañados. A esto hay que añadir que emocionalmente está inestable por lo que no podemos saber cómo va a reaccionar. A continuación te damos algunas claves para saber cómo hablar con un alcohólico.  Tanto si el enfermo alcohólico ha empezado un tratamiento como si aún no, te pueden ayudar estos consejos.

5 consejos para saber cómo hablar con un alcohólico

Te aconsejamos que siempre consultes a un profesional si tienes un adicto cerca y quieres ayudarle. La mejor forma de superar una adicción es con ayuda de expertos en el tratamiento de las adicciones. Sin embargo, a continuación te damos algunos consejos sobre cómo hablar a un enfermo alcohólico.

1. Elige bien el momento. No hables con el enfermo cuando esté intoxicado

Si llega ebrio, no es el momento de tener una conversación. Además de que no podemos estar seguros de si va a reaccionar mal o incluso agresivo, probablemente no va a recordar la conversación porque el alcoholismo provoca lagunas de memoria.

El estado de intoxicación en el que está no es el más adecuado para hablar. Si ha bebido, tendrá somnolencia, alteraciones visuales y del comportamiento. Será impredecible. Puede distorsionar lo que dices o sentirse atacado.

2. Evita discutir. Hablar no es discutir

Es complicado porque el alcoholismo intoxica también la mecánica de la relación. Durante quizás años, hemos ido adecuando la relación a su consumo y esto provoca que la comunicación sea mala o sea pasional. Es normal hablar desde la emoción cuando estamos sufriendo.  Sin embargo, a veces, el enfermo está deseando tener discusiones para pegar un portazo e irse a consumir. No se lo pongas tan fácil.

Para evitar las discusiones:

  1. Tienes derecho a expresar cómo te sientes y lo que piensas, pero muéstrate tranquilo. Cuando veas que la conversación se va a subir o que no sales del bucle de diálogo, déjalo y retírate. Es mejor aplazarlo. Si le entras al trapo, habrá una pelea.
  2. No seas destructivo.  Aunque aceptemos que es una enfermedad, estamos enfadados por su comportamiento y por las consecuencias que afectan a toda la familia.  Ese enfado nos hace hablar con rabia y utilizar el sarcasmo.
  3. Utiliza incluso frases sencillas para no perder el objetivo y no caer en las redes de nuestros sentimientos y estados de ánimo. Cuando decimos las cosas, incluso los adjetivos que usamos nos delatan.
  4. No le mires mucho, su comunicación no verbal está deformada. Sus gestos, las expresiones de la cara, cuando te habla sin palabras, hasta sus silencios están deformados o sobreactuados. Se ha convertido en una caricatura de lo que era y hace daño sin querer.

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3. No le hagas pases de factura

Los reproches le harán sentir peor. Es un paciente con la autoestima destrozada. ¡Imagínate ser esclavo de algo, no poder vivir sin tomar! Esto les hace sentirse muy mal hasta el punto incluso de tener ideas recurrentes de suicidio. Están cansados del sufrimiento. Pero tampoco minimices la magnitud del problema, sé asertivo. Debe saber que no es culpable de la situaciones que crea, pero sí es el responsable.

4. Reconoce sus cambios, sé positivo

Aunque sean pequeños cambios, muéstrale que te has dado cuenta. Esto le motivará mucho.  El consumo ha hecho que tanto tu como la otra persona seáis muy negativos. Para dejar de beber, tiene que estar motivado. No sabes en qué fase del cambio se encuentra. Un proceso de cambio intencional tiene diferentes estadios y en función del momento en que se encuentre, ya que son cíclicos, le podrás ayudar más.

5. No juzgues su  comportamiento ni su tratamiento si ha empezado uno

La crítica tampoco ayuda, está hecha desde lo negativo. Necesitamos  ser positivos. Hay que aceptar que es una enfermedad. Cuando esté mejor, podremos darle nuestra opinión y hablar de todo.

Cuando un alcohólico comienza un tratamiento, lo normal es hablar con sus terapeutas todo lo que no nos guste o queramos saber, porque si lo hablamos directamente con la persona, lo puede usar de excusa para irse del centro. El proceso de recuperación tiene altibajos y habrá días que lo usará como una buena excusa para irse a consumir.

Conclusión

Lo mejor es acudir a un centro de tratamiento de adicciones. Tienen grupos de ayuda para familiares, parejas y amigos al que puedes acudir. Allí podrás desahogarte y soltar todo lo que quieres decirle sin afectarle. Te ayudarán a mejorar la comunicación y a respetar los tiempos que su proceso necesita para poder hablar con el enfermo en el momento adecuado.